Quizás porque los acontecimientos se aceleran, quizás porque a los
medios de comunicación no les interesa hablar ya del tema, seguro que
por una mezcla de ambas cosas, el caso es que se ha dejado de hablar de
la lucha minera. Sin embargo parece imprescindible analizar lo que ha
ocurrido con ésta, para sacar algunas enseñanzas útiles para el futuro
del movimiento popular.
La lucha de la minería y particularmente la llamada "Marcha Negra",
ha demostrado la alta conciencia del Pueblo Trabajador, su impresionante
capacidad de solidaridad y apoyo hacia una causa que consideran justa.
El recibimiento que se dio a la marcha minera en todos los pueblos
del recorrido fue espectacular. La que se dio en Madrid, simplemente
impresionante.
Esta respuesta popular pone de manifiesto que la mayoría social está harta del Sistema actual y sus políticas.
La lucha de la minería también puso de manifiesto la absoluta
necesidad de la participación de las mujeres, como sujeto socio-político
propio, en cualquiera movilización que pretenda tener un cierto alcance
y recorrido.
La lucha de la minería también nos ha demostrado que las diversas
formas de acción son legítimas y útiles para avanzar, siempre y cuando
se pongan precisamente al servicio de esa lucha.
Desgraciadamente esta etapa de la lucha de la minería nos ha
demostrado que CCOO y UGT siguen teniendo una larga mano, así como
capacidad para manipular las luchas obreras, llevándolas de una forma
programada a un callejón sin salida.
Todo iba perfecto, la marcha negra iba generando un apoyo social
impresionante, en las comarcas mineras se mantenía un alto nivel de
movilizaciones así como el pleno apoyo de la ciudadanía a las
reivindicaciones propuestas, que incluso llevó a generar importantes
contradicciones en el seno del PP leonés. El recibimiento en Madrid fue
mas allá de lo que se podía prever.
Todas las condiciones para dar la batalla final con expectativas de
éxito estaban dadas, pero las direcciones de CCOO y UGT ordenaron la
retirada sin que esa batalla se llegara a dar.
Todo lo que ocurrió antes y durante la marcha eran, objetivamente,
preparativos que avanzaron adecuadamente para que la batalla de Madrid
se pudiera dar en las mejores condiciones: alta organización, apoyo
social amplísimo, debilitamiento de las posiciones del Gobierno..., pero
para ganar una batalla hay que darla y eso fue lo que impidieron, por
sus métodos habituales, CCOO y UGT.
UGT y CCOO, CCOO y UGT, prefirieron ver volver a los mineros
derrotados, después de haberse empleado a fondo para dar la batalla, por
abandono del escenario principal de la confrontación, Madrid, a ver
como estos se fundían con el potente movimiento popular en esta ciudad,
movimiento que estos sindicatos no controlan, y que hubiera sido un
factor clave para impulsar una victoria de la lucha minera.
Cuando CCOO y UGT frenan directa y abiertamente las luchas , tal
como venían haciendo en los años pasados, generan obviamente problemas
al conjunto del movimiento obrero, pero cuando, tal como hacen ahora,
"dirigen - manipulan" las luchas para que éstas, ya inevitables, se
salden con derrotas y por tanto con desanimo, pérdida de autoestima y
desconfianza en la movilización, están actuando aún de forma más infame.
Impedir que la "Marcha Negra", pasase por Valladolid fue todo un antecedente de lo que iba a ocurrir en Madrid.
Una semana de acampada de la marcha minera en Madrid, hubiera
permitido que la solidaridad con ésta hubiera confluido con la respuesta
a los últimos y brutales recortes del Gobierno. El resultado de la
sinergia entre ambas cosas la hubiera convertido en imparable.
Obviamente las direcciones de CCOO y UGT y sus alter egos políticos,
tenían que saber lo que el gobierno se traía entre manos. Había que
retirar de Madrid, fuera como fuera, la marcha de la minería.
En cualquier caso estas maniobras no impedirán que el movimiento popular avance.
La gente aprende cada vez mas rápido a distinguir entre aquell@s que
están realmente en la linea de aportar soluciones a los problemas del
Pueblo Trabajador y de aquellos que se movilizan para “amagar" que están
con la gente, pero que en el fondo solo buscan mantener su estatus quo.
Dos conclusiones principales: La primera que el movimiento popular
tiene ya la suficiente potencia como para que los de siempre no quieran
que las luchas controladas por ellos se entremezclen con ese movimiento
popular. La segunda, CCOO y UGT aun siguen manteniendo una capacidad
significativa de instrumentalización en el seno del movimiento obrero.
De que lo primero vaya reforzándose y lo segundo debilitándose depende en buena medida el futuro del Pueblo Trabajador
* Luis Ocampo, Comuner@s del S.XXI
http://www.lahaine.org/index.php?p=62905
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