viernes, 20 de julio de 2012

19J Madrid arde de nuevo: cargas en el centro



Parece que las cargas policiales en cada manifestación madrileña se está volviendo una vulgar tradición represiva. Esta vez ha sucedido tras la histórica marcha del 19 de julio. Quince personas han sido arrestadas, entre ellas un menor de edad, y al menos 37 han precisado asistencia médica, durante la manifestación que ha tenido lugar en Madrid contra los recortes aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Si bien en un principio el número de arrestados fue de siete, fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han explicado que finalmente son 15 las personas detenidas. Entre los detenidos se encuentra el periodista Juan Castromil, colaborador de 20minutos.

Según ha informado la Jefatura Superior de Policía, los 15 detenidos han sido trasladados a la Brigada Provincial de Información, en el complejo de Moratalaz, mientras que el menor lo ha sido al Grupo de Menores de la Policía Nacional (Grume). 

En total, 37 personas han sido atendidas por el personal médico del Samur, de las que 16 han sido trasladadas a hospitales, todas ellas con heridas de carácter leveo muy leve producidas por caídas, golpes y contusiones, y ninguna ha quedado ingresada, ha informado un portavoz del Samur. 

Uno de los detenidos se encuentra ingresado en la Clínica Moncloa con una fractura en la nariz. Todos ellos han sido detenidos por desórdenes públicos, atentado contra la autoridad, resistencia y desobediencia.

Momentos de gran tensión

Tras la llegada de la manifestación a la Puerta del Sol, varios centenares de manifestantes, entre los que se encontraba un amplio grupo de bomberos se dirigieron hacia el Congreso de los Diputados, donde los antidisturbios cargaron en un primer momento para hacerles retroceder y evitar que algunos de ellos saltaran las vallas. En esa misma actuación policial, además de varios manifestantes resultaron heridos tres periodistas.

Entonces, los bomberos se situaron en primera fila justo delante de los antidisturbios, tratando de calmar los ánimos sin éxito, ya que uno de ellos fue detenido tras unos momentos de tensión y forcejeo.

No fue hasta pasada las una de la madrugada de la noche cuando los agentes lograron dispersar a los últimos manifestantes. Finalmente, los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) o antidisturbios que protegían el Congreso, lograron dispersar a los últimos 200 activistas, que se refugiaron en las calles aledañas, donde aún hubo algunas cargas.

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