Guillem, Lucrecia, Carlos, y desde ayer, Clément Méric. Otra víctima más con nombres y apellidos. Clément fue y ahora lo será en su recuerdo, un chico joven de tan solo dieciocho años, amante de la libertad y la justicia, un antifascista involucrado en la lucha, un referente en el movimiento parisino. En la madrugada del miércoles al jueves, tres neonazis decidieron acabar con su vida, Clément pasó la noche bastante grave y no pudo sobreponerse a uno de los golpes que puede darte la vida. Un ataque cobarde acababa con el para siempre.
Los medios de comunicación no quisieron informar sobre lo acontecido en la capital francesa hasta el día de hoy, en el cual, solo se han limitado a mencionar al presunto asesino, que no es menos que un hombre de nacionalidad española. Pero el problema no es la mano ejecutora, el problema es la ideología que lo ordena, una ideología basada en la superioridad, una superioridad que la hace ser más inferior de lo que realmente es. Es aquí donde hay que señalar sin miedo, el genocidio fascista sigue impune en países europeos tales como Grecia, con Amanecer Dorado, o propiamente España, con manifestaciones legalizadas por la Delegación. Una impunidad peligrosa que le ha llevado y sobretodo permitido, a aumentar las víctimas del genocidio con numerosos crímenes que manchan con sangre unas manos limpiadas por el propio poder. Un poder cada vez más totalitario que nos obliga a hacer memoria y retroceder al pasado, es ahí a donde estamos llegando debido a ideologías irracionales que estancan el progreso humano.
El hombre es igual por naturaleza. Nadie ha de desvirtuar el significado de una frase con siglos de historia y mucho menos salpicarla con sangre. Tampoco debemos olvidar que el capitalismo y el fascismo van de la mano, Amanecer Dorado y su liderazgo en Grecia son ejemplos de ello. Pero la cuestión no es en que país lidera unos u otros, la cuestión importante, es el asesinato de un militante antifascista, el cual debería ser el último, las últimas noticias procedentes de Francia informan de que el poder tiene la intención de ilegalizar cualquier grupo de extrema derecha, esperemos que así sea. Por último, somos conscientes de la distancia que nos separa de nuestros compañeros franceses, de la familia y amigos de Clément, pero no debemos olvidar que bajo ese 'No pasarán' que ayer retumbó, se encuentra la palabra solidaridad.
CONTRA EL FASCISMO, NI UN PASO ATRÁS
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