En la noche del miércoles 28 de febrero, después de estar entre 48 y 72 horas encerrados en las celdas de la comisaría de la Policía Nacional en Moratalaz, fueron liberados en los juzgados de plaza Castilla los trece rayistas detenidos a lo largo de ésta semana.
Lo primero que ha quedado demostrado es que las denuncias de amenazas y daños por parte del club Rayo Vallecano eran ciertas, concretamente partieron del presidente Raúl Martín Presa, así como del vicepresidente José María Sardá, además de no estar fundamentadas en ningún hecho probado. Y es que éstas acusaciones son totalmente falsas, aunque la directiva del club haya intentado a través de ellas acallar la voz crítica de nuestro colectivo hacia su pésima gestión, plagada de mentiras, ocultismos, falta de transparencia, así como alejada de los socios y del sentir del rayismo en general. El comunicado del club negando la denuncia no es más que la prueba fehaciente del modo de proceder de ésta Junta directiva; mentir, manipular, calumniar y actuar a espaldas de los aficionados rayitas. Es lamentable que la dirección del Club haya utilizado de ésta forma los cauces judiciales para intentar desviar la atención y no dar explicaciones acerca de sus actuaciones y decisiones más polémicas, atacando además vilmente a los sectores más disidentes con su gestión.Por otra parte, nos encontramos con una acusación de pertenencia a organización criminal, algo que suena a los tiempos más duros de la dictadura, sobre todo si tenemos en cuenta que llevamos veinte años realizando públicamente la misma actividad. Es obvio que Cristina Cifuentes, la Delegación de Gobierno y las fuerzas de seguridad del estado, a través del grupo 30 de la Brigada de Información, han querido aprovechar la ocasión brindada por el club para intentar llevar a cabo algo que desean hacer desde hace mucho tiempo, acabar con uno de sus mayores dolores de cabeza, y de paso amenazar al resto del movimiento popular de las consecuencias de enfrentarse al sistema y a la represión. Aunque para ello tengan que fabricar un nuevo montaje policial, a pesar de que con ello hayan jugado con la libertad de trece personas, y con la angustia, el miedo y la impotencia de cientos de amigos, familiares, compañeros… Lo hilarante de estas acusaciones es que no se basan en hechos, sino tan sólo en conjeturas e ideas preconcebidas. No existe un delito que lleve a una acusación, sino todas las acusaciones posibles para poder construir un delito.
Exigimos la dimisión de Raúl Martín Presa, y no pararemos hasta que abandone la dirección del club, junto a toda su camarilla de incompetentes y mentirosos.
Así mismo, exigimos la absolución para los trece rayistas detenidos, y el cese del acoso policial al que nos vemos sometidos día sí, día también.
Queremos agradecer de todo corazón el apoyo popular y social recibido éstos últimos días, así como la asistencia masiva a todos los actos organizados.
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